Compra una mantequilla (NO MARGARINA) de buena calidad, marca Gloria o la que te apetezca.
En una sartén bien limpia (de peltre o cualquier otro material, salvo cobre, y que NO se esté descarapelando) pones la mantequilla en pedazos a fuego de flama MUY BAJITA para que no se queme. Cuando se haya derretido, sale una espuma (son las impurezas), que vas quitando con una cuchara. Dejas la mantequilla en el fuego hasta que ya no le salga más espuma. Filtras el líquido con un trapito limpio o un filtro de cafetera o servilleta gruesa a fin de retirar unos residuos sólidos que quedan en el fondo. Lo pones en uno o varios frascos y ¡¡listo!! Al enfriarse la mantequilla va a ponerse durita, pero mucho más aguadita que en su estado original.
El glee no solo es comestible sino que también puedes untártelo como crema, e incluso hacer veladoras poniéndoles un pabilo. Estas veladoras purifican energéticamente el ambiente y si, además les echas vibrita, se cargan mucho mejor.